Encauzá tus impulsos violentos:
Te insisto en que no se trata que reprimas nada: ni tus odios, ni tus rencores, ni tus iras… Las emociones son energía y con la energía podés hacer cosas constructivas o destructivas. Te propongo que utilices esta energía constructivamente. Para eso suele ser necesario aprender a postergar el impulso para que puedas organizar una respuesta inteligente y superadora. Descarto de plano la venganza porque te introduce en una espiral de violencia creciente.
Otra cosa es la justicia, que no la incluye. “Recibimos lo que damos” repetía insistentemente INDRA DEVI cuando alguna persona le contaba sus dramas. Sus sabias palabras hacían alusión a una ley espiritual que predice que lo igual atrae a lo igual.
La consigna para practicar es amigarse. Quién está firmemente establecido en el no dañar, aleja de su presencia toda enemistad.
No te apropies de lo que no te corresponde:
No robar en su significado llano. Además de las obvias, hay maneras sutiles de robar como cuando te colocás en el centro de atención de los demás, cuando tenés una visión “ptolomeica” en la que sos el centro del mundo. Es necesario que realices en tu vida una “revolución Copernicana” en la que te veas integrado a tu grupo primario, a tu grupo social, a tu entorno ecológico, a tu especie, a tu planeta….. y dejar de ser su centro.
Que otros “roben”, inclusive que te “roben” a vos, no te habilita a “robar”, porque si “robás”, te estarás instalando en el mundo de tus sueños y de tus sufrimiento, cualquiera que sea el sentido que le dés a esta palabra “robar”.
La consigna para practicar es reintegrarse:
Quién está firmemente establecido en el no robar, tiene todos los tesoros a su alcance.